En enero el crédito concedido por las entidades financieras españolas bajó un 1,28% mensual. Por su parte, la tasa anual lo hizo un -10,53%. A la hora de interpretar los datos sobre el crédito total, hay que tener en cuenta la operación realizada a final del año pasado en la que parte de los activos crediticios tóxicos han salido de los balances de las entidades financieras. De ahí que el crédito dudoso descendiera en diciembre un -12,59% mensual, mientras en enero volvió a aumentar un 1,93% en línea con la tendencia de fondo de la morosidad en España. El crédito a la economía sigue estancado siguiendo con el proceso de desapalancamiento del sector privado, mientras que el sector público recoge la escasa financiación disponible para la economía española. En el gráfico de abajo podemos ver el descenso excepcional del crédito dudoso en diciembre de 2012, en el que salvo marzo de 2011 y el comentado, el crecimiento del saldo de la morosidad ha ido creciendo sistemáticamente mes a mes.
La salida de los activos peligrosos de las entidades financiera, tanto inmobiliarios como crediticios, ha supuesto una avance importante en el proceso de saneamiento del sistema financiero, aunque es probable que la escasez de financiación continúe mientras que no se terminen de solucionar algunos temas que aún quedan pendiente. Lo que parece claro es que después del tratamiento de transparencia aplicado a las entidades financieras, sigue habiendo un gran monto de financiación anclado en sectores y proyectos que sin ser claramente activos muy peligrosos, si tienen congelados recursos que hacen falta en otras necesidades de la economía. Si tenemos en cuenta que las prioridades del conjunto del sistema bancario español es atender la financiación mayorista recibida de los mercados y del BCE, los recursos restantes se dirigen básicamente a la deuda pública, donde la rentabilidad sigue siendo atractiva para las entidades, y además les sirve como garantía ante el BCE en caso de necesitar liquidez.
Por su parte, la financiación hipotecaria sigue siendo la partida más importante de los activos del sistema bancario. De los más de 1,5 billones de euros de los activos en forma de crédito de las entidades, el 55% se corresponde con este concepto. El descenso de los créditos hipotecarios en enero fue del -0,99%, registrando la tasa anual un -12,83%, de manera que se puede observar el intenso ajuste del crédito destinado al sector inmobiliario. La capacidad del sistema bancario español para responder a las necesidades financieras de la economía está siendo complicada desde hace poco más de dos años. En concreto, entre diciembre de 2011 y marzo de 2012, el BCE tuvo que inyectar más de 250.000 millones de euros en liquidez en las entidades financieras españolas a través de préstamos a largo plazo a tres años (LTRO). Estos préstamos tenían la posibilidad de amortizarse anticipadamente por lo que las entidades están procediendo a ello, y sirva como muestra que en enero el monto de financiación a largo plazo procedente del Eurosistema ha pasado de 311.000 millones de euros a los 267.000 millones, con un descenso de 44.000 millones. Una cifra considerable dado las necesidades financieras de la economía española. Esto viene a confirmar las preferencias que actualmente tiene la banca: atender la financiación mayorista y comprar deuda pública, cuya rentabilidad, riesgo y liquidez son más atractivos que la financiación de la economía real, ya que el alto desempleo, el consumo privado deprimido y la consolidación fiscal hace que la demanda y oferta de crédito sea escasa, ambas por razones distintas.